Cinco trucos que no sabías para preparar chocolate a la taza
Que no te engañe la aparente sencillez del chocolate líquido: elaborarlo bien requiere cierta habilidad y un material adecuado
Con este frío, no hay nada que apetezca más que una buena taza de chocolate caliente. Y no es casualidad que este sencillo desayuno o merienda sea toda una tradición en nuestro país, tanto si lo acompañamos con churros como, en el día de Reyes, con el típico roscón.
Los Olmecas ya tomaban hace 3.000 años, en la América Precolombina, el chocolate caliente como bebida sagrada y para los mayas tenía tanto valor, que utilizaban el grano de cacao como moneda de cambio. No es de extrañar, por tanto, que su llegada a Europa en el siglo XVI fuera una auténtica revolución culinaria.
Aunque sencillo, el chocolate a la taza tiene su truco. O, mejor dicho, "sus trucos", que se adaptan al gusto de sus consumidores. Te contamos algunos de ellos.
1 - Si usas cualquier chocolate, fracasarás
La base siempre ha de ser una buena materia prima. El chocolate para elaborar a la taza no es exactamente igual que el que utilizamos para coberturas o para degustar solo. Si utilizamos como base un producto de buena calidad y, además, de los que se comercializan especiales para preparar a la taza, ganaremos puntos. Si es en polvo, mejor asegurarnos que sea 100% cacao, pues algunos preparados reducen el cacao y añaden algunos aditivos, condimentos o espesantes en su lugar.
2 - Tampoco uses cualquier leche: mejor entera
Ya puestos a engordar... ¡Disfrutemos de nuestra taza de chocolate! Si utilizamos leche desnatada el sabor quedará deslucido, mejor prepararlo con leche entera. Hay quien, incluso, propone utilizar directamente nata líquida.
3 - Cuidado con los condimentos: tan solo una pizquita
Podemos condimentar el chocolate a la taza con una pizca de canela, como se estilaba en Europa tras la llegada de este alimento en el siglo XVI. También queda muy rico si aromatizamos la leche con vainilla, siempre mejor utilizando una ramita natural que preparados industriales. Ahora bien: no olvidemos que el protagonista debe seguir siendo el chocolate.
4 - Azúcar, ¿sí o no?
El chocolate amargo seduce a unos y repulsa a otros. Como ocurre con el café, la cantidad de azúcar dependerá del gusto de cada uno, pero en todo caso conviene no abusar... ¡Sobre todo si lo acompañamos de churros o bizcochos!
5 - Una chocolatera profesional, la mejor forma de mezclarlo
Para lograr el espesor adecuado, sin que se nos queme la leche, debemos calentarlo a una temperatura media sin dejar de remover, una tarea que requiere de cierta habilidad. Existen máquinas profesionales para preparar chocolate a la taza a muy buen precio, como las chocolateras de Cinin, ideales para hostelería, que nos ahorrarán tiempo y, sobre todo, nos garantizarán el sabor y la textura perfecta.