Por qué el chocolate con churros es un desayuno típico de España

Por qué el chocolate con churros es un desayuno típico de España

En el siglo XIX se popularizó esta combinación en todo el país. Fue un éxito tanto en las clases altas como entre los estratos populares

Cuando éramos niños, mancharnos toda la cara desayunando chocolate con churros era una placer sin igual. Y siendo mayores... ¡También lo es! ¿A quién queremos engañar? Si no fuera por esa voz de la conciencia que frena nuestra gula de vez en cuando para no engordar en exceso, entonces comeríamos chocolate con churros cada día, varias veces a poder ser. Y es que, más allá de su exquisito sabor, esta dulce combinación tiene un gran arraigo en nuestra cultura culinaria. ¿Conoces su historia?

Lo cierto es que este plato tradicional español tiene orígenes muy lejanos. Empezando por el chocolate, es un dato de sobra conocido que procede de la América precolombina. Los Olmecas lo tomaban ya hace tres mil años como bebida sagrada, y para los mayas tenía tanto valor que utilizaban sus granos como moneda de cambio. Fueron los españoles que acompañaban a Hernán Cortés en el siglo XVI quienes apreciaron el valor del chocolate, especialmente el líquido, condimentado con azúcar y canela, y lo trajeron a España. Poco a poco se convirtió en la bebida preferida por las damas de las clases más altas, y se popularizó entre el resto de la sociedad a partir del siglo XVIII.

Más confusos son los orígenes de los churros. Algunas fuentes lo asocian, por su parecido, con los youtiao que se preparan en China desde hace siglos, tiras de masa frita habituales en el desayuno y que podrían haber llegado hasta nosotros a través de las rutas comerciales. Más probable parece la teoría que establece el origen de los churros en la cocina sefardí, pues la gastronomía judía coexistió con la castellana hasta finales del siglo XV. El nombre de churro, en cambio, tiene un origen diferente: al parecer hace referencia a las ovejas churras, que eran vigiladas por los pastores españoles mientras disfrutaban de este rico palo de masa frita.

Los churros eran típicos en los puestos de comida ambulante, y fue así como se establecieron en las ciudades, especialmente en la capital madrileña, entrado ya el siglo XIX.

Desde entonces, las churrerías y chocolaterías son locales que bullen de actividad en las mañanas y tardes de los días fríos de invierno, tanto en Madrid como en el resto de ciudades españolas.

Cinin dispone de máquinas chocolateras profesionales en colores negro, dorado y plateado y con 5 litros de capacidad, que mantienen el chocolate caliente y con la textura adecuada para ser servido en el momento junto con un buen plato de churros.

¡Adelante, a chuparse los dedos!

Posted on 13/09/2017 14585
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